ANIMALES EN EL TRIASICO
Se puede distinguir tres categorías de organismos en el registro triásico: supervivientes de la extinción Pérmico-Triásico, nuevos grupos que florecieron brevemente, y nuevos grupos que continuaron adelante para dominar el mundo Mesozoico.
Paleozoología terrestre
Los registros fósiles triásicos se han encontrado en varias regiones: en la cuenca de Karroo de Sudáfrica, en Rusia cerca de los Montes Urales, en Ischigualasto, San Juan, Argentina, en el Bosque Petrificado de Arizona, etc. Todos estos registros cuentan la misma historia.
Los reptiles dominaron la superficie terrestre en este periodo. No obstante, la mayoría de los géneros de reptiles mamiferoides del Pérmico desaparecieron repentinamente. En el inicio del Triásico quedaron unos pocos géneros de predadores y el gran herbívoro Lystrosaurus, que es famoso por su presencia fósil en muchos de los fragmentos ampliamente dispersados de Gondwana. Los reptiles mamiferoides se rediversificaron durante el Triásico jugando un importante papel ecológico y dejando un legado importante, los mamíferos verdaderos, que evolucionaron a partir de ellos al fin del Triásico. Entre las especies herbívoras estaban los dicinodontes, semejantes a los actuales hipopótamos; los rincosaurios, parecidos a los actuales cerdos; y los cinodontes, parecidos a las actuales comadrejas. Todos ellos desaparecieron de la faz de la tierra de forma desconocida y repentina: Fue la primera gran extinción en masa de la fauna terrestre en nuestro planeta. Los tecodontes que les relevaron, desaparecieron en la segunda gran extinción, acaecida a finales del Triásico. Solo sobrevivieron las tortugas, los cocodrilos, los dinosaurios y algunos mamíferos de tamaño reducido. Los primeros mamíferos eran pequeños y minoritarios, a lo largo de la Era Mesozoica, y ninguna especie alcanzó dimensiones relevantes.
La mayoría de los dinosaurios aparecieron a finales del Triásico. Entre ellos destacaban los terópodos y los prosaurópodos. En ausencia de competencia y con nichos ecológicos vacíos, los primeros dinosaurios colonizaron rápidamente la tierra. Cabe destacar Procompsognathus y Plateosaurus.
Paleozoología aérea
En el Triásico superior, varios reptiles pequeños con alas hacían breves vuelos de árbol en árbol. Dichas alas carecían de plumas y surgían de las patas delanteras y traseras. Entre ellos destaca el pterosaurio, un reptil volador prehistórico (no clasificado como dinosaurio) de sangre caliente, cabeza grande, cuerpo pequeño y alas largas y estrechas terminadas en cuatro garras diminutas.
A diferencia de sus predecesores, los pterosaurios ya eran capaces, a finales del triásico, de realizar vuelos de una cierta duración, cubriendo distancias inusitadas hasta el momento. Los pterosaurios fósiles son muy comunes y han sido hallados centenares de especímenes, pertenecientes a ocho géneros distintos. Eudimorphodonposiblemente fue el primero de todos ellos.
Paleozoología acuática
Los grupos más comunes del Triásico inferior son los moluscos. Los ammonoideos experimentaron una recuperación espectacular después de su casi total aniquilación en el Pérmico (solo dos géneros sobrevivieron). En el Triásico los ammonoideos superaron el centenar de géneros. Los otros grupos oceánicos fueron más lentos en recuperarse, pero en el Triásico superior, los mares ya tenían una cierta diversidad. Del grupo de reptiles se destacaban el notosaurio (dientes afilados, 4 metros de longitud, cabeza pequeña y alargada y aletas parecidas a las de los patos), el placodonte (dientes afilados como sierras), y el ictiosaurio (hasta 15 metros de longitud y parecido al delfín). Estas especies adaptadas al medio acuático se alimentaban de peces y moluscos. Los notosaurios, del Triásico inferior, eran próximos a los placodontos y parece que fueron los primeros reptiles en invadir el reino oceánico. Eran hidrodinámicos con un largo cuello y cuatro extremidades en forma de paleta. Ni placodontos ni notosaurios sobrevivieron al período Triásico.
Bivalvos y gasterópodos estuvieron menos afectados por la extinción pérmica, y se encuentran con frecuencia en rocas del Triásico inferior, aunque su diversidad es algo limitada (endobentónicos y epibentónicos).
Los corales Hexacorallia aparecen en el Triásico medio. Los primeros arrecifes eran pequeños (menos de 3 metros) y estaban construidos por pocos tipos de organismos. Al final del Triásico, los arrecifes eran más grandes, y algunos han sido construidos por más de 20 especies diferentes. Las primeras bioconstrucciones crecieron en aguas relativamente profundas, diferentes de las actuales, no asociadas con algas simbióticas. Quizás no fue hasta el final del Triásico o Jurásico temprano cuando comienzan a formar arrecifes grandes y se establece esta relación simbiótica. Los conodontos fueron importantes todavía en el Triásico, para desaparecer al final de este periodo.
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